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Cómo responder a las preguntas sobre si somos madres o no: poniendo límites y sin que te sientas mal educada o grosera

Cómo responder a las preguntas sobre si somos madres o no
¿Te molestan las preguntas sobre si eres madre o no?, ¿no sabes cómo responder sin ser grosera o sentirte mal educada? Sigue leyendo.
Parece como si la decisión de ser o no ser madre fuera una cuestión debatible, una cuestión sobre la que todo el mundo pudiera tener una opinión, y mucho peor, algo sobre lo que se nos pudiera juzgar abiertamente y tratar de “corregir”.
Y parece como si tuviéramos que aguantarlo estoicamente por temor a parecer mal educadas o bordes. No, no exagero, es algo que más de una clienta me ha dicho cuando me cuenta la presión a la que es sometida, no ya por familiares o amigos, sino por personas que no son de nuestro círculo cercano, como compañeros de trabajo.
Pero ¿sabes qué? No tenemos por qué aguantar preguntas que nos incomodan, no tenemos por qué poner buena cara cuando nos dan una opinión sobre lo que deberíamos o no hacer y eso no implica que debamos ser bordes si no queremos. Puedes aprender a responder a todos esos comentarios, opiniones y juicios sin sentir que estás siendo maleducada o borde y poniendo límites muy claros.
Lo que te voy a compartir es válido si esos comentarios y críticas te molestan porque son intrusivos o, sin serlo, no quieres escuchar opiniones que no has pedido.

Hago un inciso importante: aunque contestar de manera asertiva es algo que podemos hacer todas independientemente de si nuestra decisión ya es clara o no lo es, es importante tener en cuenta que, si estamos estás dudando sobre si quieres ser madre o no, las preguntas y las opiniones, además de molestarte, pueden crearte mayor confusión. En esta caso, no es suficiente con aplicar estas ideas que voy a ofrecerte, sino que es básico que tomes una decisión lo antes posible. Si no puedes sola, mira cómo puedo ayudarte (antes de cualquier acompañamiento siempre ofrezco una sesión de valoración gratuita)
Ahora sí, ¡vamos a por algunas ideas!:
  • En primer lugar, te digan lo que te digan, ten en cuenta que solo son opiniones, o críticas no verdades absolutas y que no dicen nada de ti, sino de la persona que te juzga. Es importante que tengas claro quién eres, lo que crees, lo que valoras, cómo eres, para que lo que te digan no pueda hacer tambalear la valoración que haces de ti misma. Si no es muy posible que creas que lo que te están diciendo es verdad y si lo crees, no te quedarán muchos argumentos para rebatirlo.
  • Cuando te pregunten ¿tienes hijos? prueba simplemente a responder con un “no”. No des más explicaciones porque ahí das pie a que siga el interrogatorio y te vas a meter en un jardín del que saldrás enfadada. Y si las das, cosa que no te recomiendo en absoluto, mejor que las des en la primera respuesta. Si inmediatamente al «no» añades tus motivos, ya es más probable que el tema se zanje. Por ejemplo: «no los tengo porque no me apetece». Por supuesto, habrá personas que apartir de ahí sigan cuestionándote, pero otras pararán porque ya has dejado clara tu postura.
  • Si la persona continúa, prueba a frivolizar y desviar el tema. En esta segunda parte, puedes hacer referencia a cualquier cosa que estuviera sucediendo antes justo del momento en el que empezó el interrogatorio o simplemente, si ya no tienes que seguir con esa persona o no quieres y puedes permitirte marcharte. Por ejemplo, puedes decir algo como, «¡ay la dichosa pregunta que se nos hace siempre a las mujeres!, por cierto, ¿de qué estábamos hablando?» Te aseguro que esto es mano de santo. Eso sí, ten en cuenta en qué contexto y con qué persona utilizas esta táctica.
  • También puedes probar a preguntar a esa persona utilizando la información que te da. Por ejemplo, en cuanto te dice “¿y entonces a quién te va a cuidar cuando seas mayor?”, podrías probar a preguntarle si ella ha tenido hijos o piensa tenerlos por ese motivo.
  • Si la pregunta en sí misma ya lleva un juicio sobre ti, antes de nada, respira. Para estos caso suele funcionar enfrentar a la persona a su propio juicio con una pregunta. Por ejemplo, si te dice algo como «eres muy egoísta», tú podrías preguntarle, «¿quieres decir que todas las personas que tenéis hijos sois generosas?» O simplemente podrías dejarle claro que ese juicio te hace sentir mal, o es inapropiado preguntándole «te sientes mejor diciéndome eso?»
Cuando utilizas estas estrategias, es muy difícil, a no ser que la persona busque pelea, que sigan preguntándote.
En fin, creo que con estos ejemplos ves por dónde va la cosa, ¿cierto?. Ahora te toca ponerlas en práctica. Te invito a que pruebes una o varias de las formas que comparto y te quedes con la que más cómoda te sientas y la que mejor resultados te dé. Y por supuesto, recuerda que para que te salgan de forma automática solo existe una manera: que practiques.
Ahora es tu turno. Me encantará saber cómo te ha ido poniéndo estas ideas en práctica. Si tienes dudas o preguntas, déjame un comentario y si me haces el favor de compartir este artículo con quién creas que puede beneficiarse de él, te estaré muy agradecida.

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