Decidir ser o no ser madre

Cómo saber si quiero ser madre o no

Como saber si quiero ser madre o no
Hasta no hace mucho parece que el tema de la maternidad era algo que no se cuestionaba, llegaba un momento en la vida de toda mujer en el que parecía que lo “natural”, lo “normal” lo que “tocaba” era serlo y muchas mujeres se lanzaron a esa aventura sin ni siquiera preguntarse si era lo que de verdad deseaban. Pero cada vez somos más las mujeres que nos cuestionamos si queremos o no ser madres y muchas buscan una respuesta a la pregunta: cómo saber si quiero o no ser madre
Aunque para algunas puede ser una decisión natural y fácil, para muchas mujeres esta decisión supone un reto difícil de afrontar, incapaces de salir de un bucle de pensamiento que las lleva una y otra a darle vueltas a los mismo sin llegar a ninguna conclusión clara.
Si este es tu caso, quédate aquí y sigue leyendo porque te voy a contar por qué te cuesta tanto decidir y qué aspectos influyen en tu decisión para que tú misma puedas responderte a la pregunta de cómo saber si quiero o no ser madre.
Por qué nos puede costar tanto decidir ser o no ser madre: una decisión que cambiará tu vida para siempre.
Nos enfrentamos a otras decisiones cómo qué estudiar, qué empresa elegir, si cambiarnos o no de trabajo, de país, de profesión incluso…, pero, ni de lejos son decisiones que generen el nivel de incomodidad, estrés y sentimiento de incapacidad e inadecuación que genera enfrentarse a tomar la decisión de ser o no ser madre.
La diferencia es que todas esas decisiones tienen marcha atrás, pero la de ser madre o no serlo, no. Puedes cambiarte de trabajo, incluso de país, irte fatal, pero al final puedes conseguir revertir la situación, y, como mucho, habrás “perdido” unos años en un trabajo y un país que no te hacían feliz, pero puedes reconducir tu vida.
Ahora bien, si decides ser madre y no disfrutas de ello, está claro que no puedes revertir la situación: serás madre para siempre, o, al contrario, si decides no serlo y mañana te das cuenta de que te hubiera gustado, ya podría ser tarde, al menos para serlo biológicamente.
Y es que el hecho de que nuestra posibilidad biológica de serlo tenga «fecha de caducidad» mientras los hombres pueden ser papás-abuelos, tampoco ayuda en la decisión.
El problema no es que tengas que decidir entre ser o no ser madre, el problema es la incapacidad con la que puedes estar enfrentándote a esta decisión.
Y esa incapacidad no es otra cosa que fruto de lo que se nos ha dicho a las mujeres toda la vida, de mandamientos sociales, estereotipos, convencionalismos, creencias que han calado más hondo de lo que a veces nos gusta reconocer.

Factores que hacen difícil tu decisión sobre la maternidad.

Hay varios motivos, pero los que más se repiten entre las mujeres a las que acompaño son:
  • Ver cosas positivas en ambas opciones. Si no fuera así, no te costaría. Ser madre tiene cosas bonitas y no serlo también y quedarte analizando una y otra vez los aspectos positivos de ambas opciones no te va a sacar de la duda, todo lo contrario, te mantendrá en ese círculo agotador de incertidumbre.
  • Tener muchas creencias limitantes sobre lo que significa ser madre y sobre lo que significa no serlo lo que te enfrenta a salirte de “la norma” y, no todas en todo momento estamos preparadas para salirnos del “redil”.
  • Creerse esa versión edulcorada que se nos vende de la maternidad, con todos esos anuncios de bebés y niños pequeños que solo sonríen, y ni lloran ni gritan, y solo te abrazan en un alarde de amor infinito.
  • Temer arrepentirse, algo que ya te digo que es una trampa y que se ha usado como arma arrojadiza contra cualquiera que hemos osado decir que no queríamos ser madre. Este a veces también está relacionado con el miedo a perderse algo.
  • Tener miedo a envejecer solas, sin poder valerte por ti misma y sin nadie cerca que se acuerde de ti, y mucho menos que te cuide, fruto de nuevo, de esa imagen idealizada de la maternidad.
Hay mujeres que, incluso después de haber hecho mil veces la famosa lista de pros y contras (que déjame decirte que estas famosas listas no son suficiente e incluso a veces te dejan igual o peor que estabas), y de ver cómo su lista de motivos para no ser madre es mucho más larga que la de razones para serlo, siguen dándole vueltas una y otra vez, como si no se quedaran satisfechas con sus razones, porque todos estos factores obstaculizan la decisión, y mucho.
Aunque no puedo profundizar en todos esos aspectos porque este artículo se haría interminable, si me gustaría hacerlo en dos de los temas más comunes que se repiten en las mujeres que trabajan este tema conmigo: el miedo a arrepentirse de no tener hijos y el miedo a envejecer sin hijos.

Miedo a arrepentirse de no tener hijos.

Es uno de los lastres más grandes que existen a la hora de decidir en general, y el más importante cuando una mujer, aun sintiendo que lo suyo no es la maternidad, se enfrenta a esa decisión.
Este miedo consiste en suponer que nos vamos a lamentar en el futuro de algo que estamos decidiendo en el presente. Si decido ser madre, temo que en un futuro pueda arrepentirme de haberlo sido y si no lo soy, temo arrepentirme de no haberlo sido, sea como sea, salgo perdiendo. Es una trampa que te mantiene estancada sin poder llegar a una conclusión clara.
Antes de nada, déjame decirte una cosa que puede parecerte obvia pero que es una gran verdad: es absolutamente imposible saber con certeza si nos vamos a arrepentir de algo. No tenemos una bola de cristal y las consecuencias de nuestros actos no son 100% predecibles.
Mujeres que han deseado ser madres toda su vida, se han arrepentido después de serlo, lo que no quiere decir que no quieran a sus hijos y que no estén dispuestas a hacer cualquier cosa por ellos, y mujeres que no lo han sido por motivos muy diferentes, se han arrepentido de no haberlo sido.

Entonces, ¿cómo decidir a pesar del miedo a arrepentirse?:

  • En primer lugar, teniendo en cuenta que una decisión implica escoger una opción por encima de otra y que esto supone que nos perderemos cosas de la otra opción. Siempre, en todas las decisiones, hay cosas que dejaremos de experimentar.
  • El punto en el que siempre insisto a mis clientas es aceptar que, aunque no existen garantías, sí que existe una decisión mejor que otra para cada una. Y eso es lo que tienes que buscar, qué alternativa es más coherente con quién tú eres y con lo que quieres en tu vida.
  • Elegir libremente, conlleva mirar de frente todos los aspectos que están afectando a nuestra decisión, hacerse las preguntas adecuadas, y estar dispuesta a comprometerse con la decisión que hayamos tomado después de hacer todo el trabajo que conlleva decidir.
Si decides teniendo en cuenta todos esos factores, si estás dispuesta a contarte verdad, a asumir que habrá cosas que no vivirás, pero que precisamente son cosas que sabes que no tienen vital importancia para ti, te aseguro que habrás tomado una decisión coherente con quién eres y lo que deseas y en ese panorama el arrepentimiento no tiene cabida.

Ten en cuenta que el arrepentimiento es algo que solo puede darse en el futuro, por lo tanto, tomarlo como una excusa para decidir es meter en la ecuación algo que no tiene sentido que esté ahí. Puedes sentir miedo a equivocarte y que eso te paralice, pero no arrepentimiento porque el arrepentimiento real solo se da cuando he vivido o no algo, y estoy pagando las consecuencias de ello, algo imposible si estoy en el presente.

Miedo a la vejez sin hijos.

Miedo a envejecer sin hijos
Este miedo puede ser muy fuerte en las mujeres que se plantean si ser madres o no, porque suelen asociar la idea de no tener hijos con soledad, incapacidad para valerse por sí mismas, abandono…
Como en todos los miedos, las creencias personales influyen mucho en el grado de miedo o aversión que tengamos y estas, como siempre, están influidas por las creencias arraigadas en la sociedad en que vivimos, en nuestro entorno, etc.
Puede que tengas miedo a envejecer y este tiene sus raíces en conceptos como el culto a la juventud, la visión que tenemos sobre la vejez o el miedo a morir, y que este miedo además aumente ante la idea de envejecer sin hijos. Este miedo esconde muchos otros miedos que muchas mujeres creen, erróneamente, que no tendrían si fueran madres, cuando la realidad es que no es así y solo sirven para prolongar la duda sobre la decisión de serlo o no, y el sufrimiento en caso de no poder serlo.
Muchas de las mujeres a las que acompaño para tomar su decisión, me hablan de ese miedo y cuando lo vamos desgranando poco a poco y cuestionándolo se dan cuenta de que hay muchas creencias que han asumido sin pararse a cuestionarlas.   
Aparecen miedo a estar sola, a no tener a nadie que se preocupe de ti, a no tener a nadie que te visite, que te acompañe cuando tengas que hacer alguna gestión con la que crees que te puedes sentir desbordada etc.
Si lo piensas, estos miedos tienen que ver con dos presunciones importantes: por un lado, con una creencia que te dice que un hijo te garantiza compañía, y por otro que no vas a poder valerte por ti misma.
Y ambas son solo eso, presunciones, no verdades absolutas. Es muy importante que empieces a observar qué creencias asocias al hecho de envejecer y a hacerlo sin hijos porque son otro de los aspectos que están contribuyendo a tu dificultad para decidir.

Aspectos que influyen en la decisión de ser o no ser madre.

Aparte de los aspectos que te he comentado antes y que hacen difícil que decidas con facilidad, existen otros aspectos psicológicos más personales que influyen en la toma de decisiones en general y que, por supuesto, afectan en esta. No todos nos afectan igual a todas, pero voy a comentarte los que son más comunes a la mayoría y con los que más me encuentro en las sesiones.
  • Cómo te enfrentas a tomar decisiones.
  • Tu nivel de estrés.
  • Tu manera de enfrentarte a la incertidumbre.
  • Tu nivel de perfeccionismo.
  • Tu nivel de autoexigencia.
  • La valoración que haces de ti misma.
  • u facilidad o no para aceptar las consecuencias de tus decisiones.
Todos estos aspectos hay que mirarlos con mucho detenimiento porque, aunque a priori parezca que no tienen nada que ver con la decisión de ser o no ser madre, están en la base de cómo te enfrentas a las dificultades y es necesario ver hasta qué punto te están influyendo y hacia dónde están inclinando la balanza.
Si estás en ese momento en el que no sabes qué quieres y las dudas sobre si deseas ser madre o no te bloquean, es el momento de sentarte y ponerte a reflexionar sobre todos y cada uno de estos puntos.
Si te lo tomas en serio y te comprometes contigo, trabajando todos estos aspectos vas a descubrir muchas cosas interesantes sobre ti y tu deseo de ser o no de ser madre. Puede que necesites trabajar alguno más, porque tú eres tú, y cada una venimos de situaciones diferentes, y si estuviéramos juntas en una sesión, veríamos de qué hilos tenemos que tirar en tu caso en concreto, pero te aseguro que si empiezas por estos que son los más comunes, detectarás dónde pueden estar tus bloqueos.

Por qué una mujer no quiere ser madre y aún así es feliz.

De vez en cuando organizo encuentros virtuales en los que nos juntamos mujeres sin hijos por distintas circunstancias y mujeres que, como tú, aún están indecisas. Tanto las que quisieron y no pudieron como las que estáis indecisas me dicen que conocer los motivos por los que una mujer no desea ser madre les ayuda a ver con normalidad esa circunstancia, en un caso para reconciliarse con su situación y en otro para ver que las mujeres que decidimos libremente no ser madre somos tan felices como las que deciden serlo y esto, como mínimo, iguala el peso de ambas opciones.
Hay muchos motivos por los que una mujer no quiere ser madre, de hecho, basta que busques en internet para que encuentres muchos y muy variados, que van desde querer llegar a fin de mes con dinero, hasta no querer traer una persona a un mundo superpoblado y con problemas climáticos, no querer asumir la responsabilidad de educar y criar a otro ser humano, evitar problemas de pareja, disfrutar de tu tiempo a tu manera, querer disfrutar de la calma y el silencio, no querer que nadie dependa de ti o que no te gusten los niños, entre muchos otros.
En el fondo, da lo mismo. Lo importante aquí es por qué una mujer necesita conocer los motivos por los que otras no quieren ser madre. Y de nuevo, volvemos a las expectativas que se tiene sobre nosotras, lo que se ha considerado normal, todas las creencias sobre lo que significa ser mujer (ser dulce, amorosa, cuidadora, sacrificada etc.)
Te diría que más que buscar por qué motivos una mujer no quiere ser madre, te preguntes por qué necesitas saber eso y cuáles son los tuyos. Eso es lo importante.
A veces, no hay un motivo único, sino muchos, otras me encuentro con mujeres que no tienen un motivo claro, simplemente no quieren y ya está.
Si tú estás en este dilema de no saber qué quieres, no es porque seas diferente a las que lo tienen claro, o que haya algo “raro” en ti. Simplemente hay aspectos que necesitas aclarar, hay hierbas que necesitas arrancar para poder ver qué deseas tú realmente, así encontrarás tu motivo.
Y termino con este tema solo recordándote que cualquier motivo es válido. De los que te he nombrado al empezar esta sección verás que los hay muy variados. Todos son igualmente respetables y no necesitas justificarlos frente a nadie, solo debes tenerlos claros tú.

La eterna confusión entre instinto y deseo de ser madre.

Estoy segura de que más de una vez has tenido que escuchar lo del dichoso “instinto maternal”. Muchas personas dan por hecho que existe, que todas las mujeres lo tenemos, pero no está demostrado que exista, y lo que algunas llaman “instinto materno” cuando hablan de esa especie de llamada a ser madre, realmente no lo es, sino que es el deseo de serlo, y esto no es lo mismo.
Ese “instinto” que algunos llaman al hecho de ver cómo algunas niñas juegan a las mamás con sus muñecas, no es más que una imitación de lo que vemos, no una realidad biológica.
Ni te haces una idea de la cantidad de veces que escucho a las mujeres a las que acompaño a tomar su decisión eso de “yo no tengo instinto maternal” o “es que no sé si quiero o no porque no siento instinto maternal”​​​​​​​​
Cuando dejamos de unir deseo con instinto, quitamos otra barrera para poder empezar de verdad a decidir.​​​​​​​​
Aclarar esto facilita que podamos empezar de verdad a trabajar en tomar la decisión, porque mientras nos basemos en sentir ese supuesto instinto estaremos basándonos en algo que no es real y que, al no sentirlo, suele generar más duda e incluso a veces un sentimiento de inadecuación que dificulta aún más la decisión. ​​​​​​​​​​
Es en lo que deseas en lo que necesitas centrarte, no en buscar si sientes o no ese «algo» del que tanto se habla y que, insisto, no está demostrado.
Pero no debes olvidarte nunca de que ese deseo de ser madre no lo tenemos todas, no tienes por qué tenerlo como puede que no tengas ganas de subir al Himalaya y eso no está mal, no hay nada raro en ti.
El querer ser madre se ha convertido en norma, se ha dado por hecho que es el deseo de todas las mujeres es traer bebés a este mundo, en lugar de verse como lo que es: una opción biológica que todas tenemos, pero que no implica que queramos usar.
Como dice la socióloga israelí Orna Donath: «En la Historia ha habido culturas en las que era corriente que las madres abandonasen a sus hijos, los ofrecieran como sacrificio o incluso matasen a sus recién nacidos. Si existiese el instinto, esto no sería posible «
Por cierto, tengo un artículo titulado «El supuesto instinto maternal (y otras confusiones)» que quizás te interese leer.

Dar vueltas no ayuda.

Llegadas a este punto espero que entiendas mejor por qué te cuesta tanto decidirte y por qué ni eres rara, ni te pasa nada extraño. También espero que veas qué aspectos debes trabajar para poder salir de ese círculo en el que estás metida y hayas entendido que elijas lo que elijas, estará bien siempre y cuando esté alineado con quién eres y lo que deseas.
Déjame decirte una cosa muy importante:
Pensar en tomar una decisión, no es tomarla, es solo alargar la duda y el malestar. Por mucho que busques en internet, por mucho que leas, hasta que no te enfrentes a esa decisión con la determinación de llegar a una solución, no vas a dejar de sentirte confusa ni agobiada.
Pensar, tal como solemos hacerlo, es darles vueltas a las cosas, es rumiar lo mismo una y otra vez en un círculo infinito que no nos lleva a ninguna solución y nos genera más confusión y duda.
Dar vueltas a si quieres ser o no madre no aclarara tus dudas
Tomar una decisión, y mucho más la de ser o no ser madres, requiere pararse, arremangarse y estar dispuesta a encontrar tu verdad.
Puede asustar, pero te aseguro que es peor continuar ese bucle de duda y consiguiente malestar.​​​​​​​​ Es peor prolongar algo que puedes solucionar en un tiempo concreto, innecesariamente, con las consecuencias que puede traer en el presente y en el futuro.

Cuál es la mejor manera de saber si quiero ser madre.

Por mi experiencia, desde luego no la famosa lista de pros y contras. La decisión de ser o no ser madre es una decisión que cambiará tu vida, y en la que están involucrados muchos aspectos arraigados tanto en ti como en tu entorno y que te influyen más de lo que crees, que no se resuelven con hacer una lista.
Es una decisión que hay que tomar viendo más allá de las cosas positivas y negativas que para ti y tu vida puedan tener ambas opciones. Es una decisión en la que tienes que contemplar quién eres tú, que deseas para ti y tu vida, qué es importante para ti, y eso no te lo da una lista de pros y contras.
Si estás muy atascada puede que hacer esa lista te sirva a modo de descarga mental para bajar un poco la presión a la que tantos pensamientos te tienen sometida, pero no darás con la solución así.
La mejor manera, según mi experiencia es acompañarte de alguien que te guíe en el camino, no que te diga qué debes creer, pensar o decidir, si es así, huye de esa persona, sino que te escuche, te haga cuestionarte tus propias respuestas, te ayude a ver otros aspectos que tú, por estar metida en ese círculo, no eres capaz de ver, y te facilite el que tú misma descubras lo que deseas.
Yo puedo ser esa persona, aquí puedes ver en qué consiste mi programa especial Ser o no ser madre: encuentra tu verdadero deseo para elegir con libertad y si deseas que charlemos para ver si es para ti, si es tu momento y si realmente te puedo ayudar, puede reservar una Sesión de valoración GRATUITA
No creo en las preguntas para todos ni en las fórmulas mágicas, de hecho, mi programa de acompañamiento, aunque tiene una estructura que sustenta los puntos clave para tomar la decisión de ser o no ser madre, se adapta a las necesidades de cada mujer.
Internet está plagado de preguntas que puedes hacerte para, en teoría, tomar esta decisión. No me malinterpretes, quiero creer que son artículos con buena intención y esas preguntas funcionan, el problema es que a veces no estamos en la situación de poder enfrentarnos solas a ellas y que tan importante es la respuesta como el cuestionamiento posterior. Si fuera tan fácil como responderse una misma a esas preguntas, no necesitaríamos ni psicólogos, ni coaches para nada, bastaría buscar en internet o ir a una librería y sin duda, no necesitarías buscar más porque ya habrías conseguido llegar a una conclusión por ti misma.
Pero sí pueden servirte para que descargues algo tu mente de todo ese agobio que te genera darle vueltas a la duda sin llegar a ninguna conclusión, y como punto de partida para conocerte un poco mejor. Si después es muy probable que necesites un buen acompañamiento profesional.
Llevo años acompañando a mujeres a tomar esta decisión para lo que desarrollé un programa especial de acompañamiento individual de 6 sesiones que puedes ver aquí.
Y nada más, cualquier pregunta o comentario que quieras hacerme, estaré encantada de contestarte. Recuerda que puedes reservar una SESIÓN DE VALORACIÓN GRATUITA y sin ningún compromiso para que me cuentes en qué punto estás de tu decisión o qué es lo que crees que te tiene atascada y te gustaría que te ayudara a resolver.

Artículos recomendados

10 comentarios

  1. Me acaba de pasar una amiga este enlace. Describe perfecta el bucle en el que me encuentro desde hace ya un buen tiempo y que, cada vez que retomó el tema, vive en mi cabeza como un tormento. Leeré la guía y no descarto en ponerme en contacto con usted. Muchas gracias.

    1. Hola Adriana
      entiendo lo que dices, es algo mucho más habitual de lo que se cree, lo que pasa es que no se habla de ello. Al descargar la guía te van a estar llegando una serie de correos con reflexiones y tips para indagar, y también, con información de las distintas maneras que ofrezco de acompañamiento para los casos en los que una sola no pueda salir del bucle. Verás que, ofrezco una sesión gratuita para valorar si puedo ayudarte, así que en caso de que veas que me necesitas, estaré encantada de que la reserves y charlemos. Un abrazo y muchas gracias por escribirme.

  2. Buenas, gracias por este artículo (para mí ha sido algo más), encontrado a estas horas habituales en las que me despierto en mitad de la noche y entro en bucle por el tema de la maternidad, de este vacío existencial, el arrepentimiento posterior y demás clichés, realidades, idealizaciones con perfume a Nenuco, miedos y un largo etc que esta sociedad nos impone. No voy a exponer por este medio mis circunstancias personales, pero sí quería darle las gracias (ojalá y hubiera encontrado antes este artículo o alguien me lo hubiera pasado, cosa extraña porque en mi círculo me siento muy incómoda pues no he encontrado a nadie en mi círculo de amistades o familia que sienta la angustia y el vértigo que me da el tema de ser o no madre) y me atasco cada vez más al sentirme no comprendida en dicho círculo, se supone que por mi edad tendría que haber superado esta «casi enfermiza» indecisión, y he buscado ayuda profesional (quizas no eran los adecuados o tenia que limpiar o trabajar otras parcelas de mi vida), estoy cansada de no haber llegado a una decisión consciente y quiero alejar de mí este pesar que no me deja estar cómoda ni en paz conmigo misma, me gustaría poder tener una primera cita con usted. Muchas gracias

    1. Hola Laura
      gracias a ti por leerlo y por tomarte el tiempo de comentar. Lo que comentas es muy habitual, más de lo que pensamos. Esas dudas, ese darle vueltas cuando no se tiene claro si se quiere ser madre o no.
      Creo que para tomar la decisión no se necesitan, a no ser que haya bloqueos emocionales o traumas, largas sesiones de terapia. Creo, y por eso creeé mi programa de 6 semanas que en 6 sesiones concretas, al grano, en las que se trata cada uno de los aspectos que influyen en esta decisión, se puede llegar a la claridad, a saber qué se desea.
      De todas dormas, porque cada mujer es un mundo y porque este programa no es para todo el mundo, es por lo que siempre, antes de empezar, tenemos una sesión gratuita de valoración en la que resuelvo todas las dudas que te puedan surgir respecto al programa y vemos juntas si es para ti o necesitas otro tipo de ayuda.
      Puedes reservarla aqui
      https://calendly.com/hablandodenomaternidad/sesion-gratuita?month=2023-05

      Espero poder ayudarte.
      Un abrazo
      Pilar

    1. Hola María, siento que estés asustada. El hecho de decidir si queremos ser madres o no, puede ser muy difícil para algunas mujeres, por eso creé el acompañamiento para ello. Sigo en activo 100%. Ya no uso el calendario, pero en la página del artículo, en un recuadro rosa verás que está subrayada la frase «sesión gratuita de valoración». Si le das ahí, te sale mi Whatsapp y me puede escribir para contarme qué necesitas, y si quieres, podemos agendar una sesión gratuita de unos 20 minutos para ver si puedo ayudarte.
      Te lo dejo aquí por si no quieres entrar de nuevo al articulo: https://api.whatsapp.com/send?phone=34624045486.

      Espero que me contactes y así veamos juntas como superar ese miedo.
      Un abrazo

  3. […] Hasta ahora, y este para mi es muy importante porque es sobre el que realmente tenemos control, las mujeres hemos aceptado como normal toda clase de presión sea en modo de preguntas indiscretas que hemos contestado por no parecer bordes o maleducadas, sea en forma de opiniones sobre nuestras dudas o nuestra situación respecto a la maternidad que hemos escuchado sin rebatir, sea, y este es el que peor de todos me parece, siguiendo el camino marcado sin cuestionarnos si realmente deseamos ser madres o no. […]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *