Hablemos de no maternidad

El supuesto instinto maternal (y otras confusiones)

Estoy segura de que más de una vez has tenido que escuchar lo del dichoso “instinto maternal”. Muchas personas dan por hecho que existe, que todas las mujeres lo tenemos, y esto hace que a veces al decir que no tienes “eso” las miradas, como mínimo sean de asombro y tú te sientas como un extraño espécímen de la naturaleza.
Pero tranquila, no eres la única que no siente ese supuesto instinto y, buenas noticias, no hay nada por lo que sentirse mal, porque, como hoy te quiero contar, no está demostrado que exista.

Para empezar, ¿qué es un instinto?

Depende de qué rama del conocimiento lo defina, pueden ser cosas diferentes, pero, vamos a hablar de cómo lo define la Biología, ya que, cuando se usa ese presunto instinto como manera de comprender los motivos por los que una mujer no desea tener hijos, se suele usar este concepto de instinto como algo intrínseco a nuestra biología, al hecho de tener un cuerpo de mujer, así que empecemos por ahí.
Para la biología un instinto es aquello que nos permite la supervivencia, y, en consecuencia, la evolución de la especie, pero también nos dice, que no es una regla. Aquí ya tenemos una duda razonable. Además, como dice Orna Donath, socióloga israelí conocida por su libro “Madres arrepentidas”
En la Historia ha habido culturas en las que era corriente que las madres abandonasen a sus hijos, los ofrecieran como sacrificio para los dioses o que incluso matasen a sus recién nacidos. Si existiese el instinto, esto no sería posible
Orna Donath
Así que incluso si alguien piensa que es algo que traíamos de serie por el hecho de tener cuerpo de mujer, pero que se ha perdido a lo largo de la evolución, parece que tampoco es 100% cierto, ¿no crees?
Y es que, como dice Sofía Argüello Pazmiño, socióloga de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso)
Las mujeres tenemos una capacidad reproductiva biológica, pero eso no significa que sea un indicativo para asegurar la existencia de un instinto materno
Sofía Argüello Pazmiño

La confusión entre el instinto maternal y el comportamiento maternal

Creo que muchas veces se unen ese supuesto instinto con un comportamiento maternal, que también se suele dar por hecho que todas tenemos, y que para algunas personas es parte del equipamiento genético y nos predispone a las mujeres a ser “buenas madres” por consanguinidad.
Quién defiende esto, apunta a que las mujeres, desde muy temprana edad demostramos interés por imitar los roles propios de nuestro género (esta frase parece de principios de siglo), ser tiernas y delicadas, además de tener activado un “reloj biológico” que promueve nuestro interés por nuestra capacidad reproductiva.
Como verás, esta opinión, bastante anticuada, la verdad, está basada en varias suposiciones que mezclan aspectos muy diferentes y nos confunden.
  • Por un lado, se une comportamiento maternal, que para mí es simplemente la manera que se comporta una mujer cuando tiene un hijo, con algo genético
  • Por otro lado, que esa supuesta genética, que insisto, no está demostrada, hace que todas las mujeres que tienen hijos sean buenas madres, cosa que, la vida misma demuestra una y otra vez que no es cierta.
  • Que demostrar interés por imitar ciertos roles, que no es más que un comportamiento fruto de algo aprendido, tenga algo que ver con la genética
  • Y que el hecho de tener activado un «reloj biológico», es decir, que tengamos un tiempo determinado de fertilidad, sea lo mismo que tener interés por hacerle caso.
La diferencia entre el deseo de tener un hijo y cuidarlo, respecto al instinto, la explica muy bien la psicóloga Rosario Domínguez, integrante de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Las Condes, en Chile, quién explicó que los estudios científicos realizados durante los últimos años coinciden en observar que
El deseo de una mujer de tener un hijo y cuidarlo no responde a un instinto, sino que surge de motivaciones complejas que se relacionan con aprendizajes y experiencias de vida, y que es influido por el contexto de vida presente y la cultura.
Rosario Domínguez
Es decir, que ese “instinto”, o comportamiento maternal que algunos llaman al hecho de ver cómo algunas niñas jueguen a las mamás con sus muñecas, no es más que una imitación de lo que ven.
Yo misma jugué muchísimo con muñecas, a las que llevaba a todas partes y me ocupaba de ellas como una mami, y siempre, curiosamente, jugaba a que tenía 4 hijos, digo curiosamente porque mi madre tiene 4 hijos, pero nunca tuve claro que quisiera ser madre, de hecho, nunca sentí ese “instinto” y te aseguro que soy tan normal o no como cualquiera.
Por otro lado, ese comportamiento maternal, tierno, que se sigue relacionando con el dichoso instinto, tiene relación con el cuidado del bebé, con la tendencia de protegerlo y cuidarlo cuando lo tienes, y existen diferentes estudios que se inclinan por describirlo más como un medio de adaptación a la nueva situación, que a algo innato que todas tenemos. Incluso siendo madre algunas mujeres abandonan a sus bebés, así que no solo no puede ser innato, sino que tampoco debe ser algo que se despierta en todas, ¿no te parece?

Entonces, ¿qué es eso que llamamos instinto maternal?

Si no es algo biológico, podemos pensar que ese impulso por querer ser madre, esa llamada a la maternidad, no es más que el deseo de ser madre y esto, no es algo biológico ni común a todas, sino algo que tiene que ver con factores psicológicos, emocionales y muy diferente de unas a otras.
No es lo mismo hablar de ese instinto, que recalco, no está demostrado y que muchas no hemos sentido nunca, que desear o querer ser madre. Aquí podríamos hablar largo y tendido, porque los deseos dependen de muchos factores, muchos de ellos aprendidos y desde luego, no tienen que ver con la biología, sino con nuestra psicología, pero lo dejaré para otro día.
Por cierto, si estás en proceso de decidir si quieres o no ser madre, te aconsejo que leas este artículo, si aún no lo has hecho.
En mi opinión, y para terminar, seguir hablando de instinto materno, aun cuando la ciencia no lo ha podido demostrar, es mantener una de las creencias que apoyan una visión muy estrecha acerca de la mujer o, como dice Stefanía Molina, autora del estudio “El mito del instinto maternal y su relación con el control social de las mujeres”, «el sostenimiento del mito niega a las mujeres la posibilidad de generar una identidad fuera de la función materna«.
Y nada más por hoy. Me encantaría saber qué opinas sobre este tema, si te ha servido para aclarar conceptos, si te sirve. ¡Te leo en los comentarios!

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